Al igual que con todo sistema corrupto, la GESTAPO perdió el contacto con la realidad y su violencia se descontroló incluso durante su propia agonía. Cuando la conspiración Stauffenberg para asesinar a Hitler fracasó, se le dio carta blanca a la GESTAPO. Sin embargo, en medio del baño de sangre numerosos oficiales se prepararon para un futuro en una Alemania derrotada. Muchos lograron volver a la sociedad normal tras la guerra y prosperaron.
Algunos fueron llevados ante la justicia, como Eichmann en Israel en la década de 1960; y otros en Alemania, Francia y otros lugares. Algunos incluso fueron perseguidos durante los años setenta. No hay duda de que aunque la GESTAPO desapareció hace mucho tiempo, sus crímenes no se han olvidado.